Las corrientes oceánicas pueden ser causadas por el viento, diferencias de densidad en las masas de agua causadas por variaciones de temperatura y salinidad, la gravedad (que atrae las corrientes oceánicas y puede influir en la dirección descendente de las regiones de mayor superficie, entre otras cosas) y eventos naturales como terremotos o tormentas.
¿Qué son las corrientes oceánicas? Una guía para entender su funcionamiento
Son el elemento vital de nuestro planeta; conectan rincones distantes de nuestro mundo e influyen profundamente en el clima, el tiempo y los ecosistemas marinos. Estos sistemas dinámicos, desempeñan un papel fundamental en la regulación del clima global y el mantenimiento de la vida marina.
¿Cuántos tipos de corrientes hay?
Las corrientes oceánicas pueden ser de dos tipos: superficiales y corrientes de aguas profundas. Las corrientes superficiales están impulsadas principalmente por el viento y las corrientes de aguas profundas o corrientes termohalinas, vienen motivadas principalmente por el ascenso y descenso del agua causado por diferencias de densidad debido a variaciones en la temperatura y en la salinidad. Así, la principal causa de las corrientes de aguas profundas es la densidad del agua causada por las diferencias entre estos dos valores. Estas se producen tanto en los niveles profundos como en los poco profundos del océano y se mueven mucho más lentamente que las corrientes de marea o superficiales.
Las corrientes oceánicas se comportan de forma muy similar a los ríos dentro de los cuerpos de agua más grandes y varían en tamaño: las hay pequeñas, como las que podemos ver cerca de las playas, hasta enormes corrientes que se extienden por todo el océano, como el giro del Atlántico Norte, que se mueve desde el oeste, a lo largo del ecuador. Esta «cinta transportadora global» de la circulación oceánica desempeña un papel crucial en la transferencia de calor y la regulación del clima a lo largo de grandes distancias.